LOS THINK BANK
Ayer publiqué un artículo en alcielo.es en el que evaluaba la campaña electoral a la luz del proyecto global al que estamos sometidos. Cada vez que doy datos avalando mis puntos de vista, obtengo una respuesta inmediata por parte de los medios, especialmente por parte de aquellos más destacados en configurar el relato ideológico de la nefanda quimera que asola la civilización cristiana occidental. Hoy responde EC a las acusaciones más incisivas que aparecen en mi artículo de ayer. He copiado la parte más relevante, en la que se concluye, cómo no, con la petición para España de una gran coalición gubernamental (el PPSOE). El resto del artículo se dedica a justificar el pastiche Sumar, el invento del Bruxel's Lab para seguir mangoneando nuestro parlamento.
Tajadura se lleva la palma en este artículo, con la petición de principio de que el Gobierno Único Mundial es la solución a todos los problemas. Este profesor de 54 años es uno de esos expertos, formado en la Universidad del Opus y en Deusto, de los que se echa mano cuando en los foros se despierta algún viento de protesta. Al levantarse el polvo nos enteramos de que 'esa opinión fundada que nos solivianta en las redes (como las de alcielo.es) ya ha sido expuesta y peleada por los expertos', y se multiplican los enlaces a publicaciones suyas que en su día nadie había visto. El presente texto de EC es un ejemplo de esta nueva forma comunicativa bastarda, empleada masivamente por la Agenda.
Las nueve denuncias
Pues bien, el Círculo Cívico de Opinión *[se da la lista de una veintena de expertos] , un laboratorio de ideas que debate y aprueba sus Posiciones —criterios compartido por el conjunto de sus integrantes y que suscribe el CCO como entidad— ha aprobado dos pronunciamientos de profundo calado. El primero en marzo de este año, bajo el título El desbordamiento de nuestra democracia Constitucional, que puso el foco sobre los siguientes puntos de nuestra situación política: • El desbordamiento de la propia Constitución, cuyos mandatos y regulaciones están sufriendo una fuerte tergiversación. En algunos puntos requerirían modificaciones y puestas al día; pero mientras tanto la Constitución tiene que ser cumplida en su integridad. • Se ha asumido con toda normalidad una suspensión de facto de las reglas constitucionales cuando conviene a los intereses políticos inmediatos: no es posible aceptar que leyes susceptibles de ser declaradas inconstitucionales duerman en las listas de espera del Tribunal Constitucional porque durante todo el tiempo que esto sucede se puede estar dando preferencia a una norma inferior a la Constitución sobre la ley fundamental.
Foto: Pedro Sánchez, en la sesión de control en el Congreso el 22 de junio. (EFE/Naranjo)
Sánchez bate todos los récords en legislar al margen del Congreso y por la vía rápida
Eva Belmonte David Cabo Carmen Torrecillas Civio
• Esta marginación de la Constitución afecta al poder Legislativo, que utiliza procedimientos y vericuetos que están al margen de su interpretación recta, y al poder Ejecutivo, que hace uso excesivo de instrumentos normativos, como los decretos-leyes, que suplantan la producción ordinaria de la legislación encomendada al Parlamento. Existe además una sobreabundancia de la producción normativa porque se ha aceptado la inestabilidad de las regulaciones y su cambio continuo como una regla normal. • Se están utilizando criterios para cubrir vacantes en los órganos constitucionales del Estado que prolongan y profundizan una ya larga tendencia a su ocupación por personas manifiestamente identificadas con quien controla el Ejecutivo. • De modo similar, la apetencia por controlar el funcionamiento de los órganos constitucionales y el de las comisiones reguladoras, que se definen constitucional y legalmente como independientes, es una querencia cada vez más acusada que debe evitarse.
Foto: El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/José Manuel Pedrosa)
Sánchez ultima el golpe final al poder judicial para forzar el vuelco progresista en el TC
Beatriz Parera Alejandro López de Miguel
• El abuso del poder de las mayorías, olvidando que la democracia es un sistema de gobierno pensado, no solo para garantizar la soberanía popular, sino también para la protección de las minorías. • Desfallece la división de poderes, ya que no existe independencia real de las Cortes Generales, controladas como están por los partidos que en cada momento forman la mayoría de gobierno. El poder Legislativo está quedando reducido al simple acatamiento de las directrices que recibe del Gobierno o de la mayoría de control. • Un debate político desabrido, poco elocuente, repetitivo, carente de interés y de muy baja calidad dialéctica, que se traduce en hartazgo de la política de los ciudadanos en general. • Los partidos políticos tienden a aceptar políticas no previstas en los programas electorales, lo que provoca que los electores tengan una creciente sensación de desconcierto. Repitámoslo: es necesaria una reacción rápida y sustancial de todos los partidos políticos que cambie este estado de cosas tan peligroso para la calidad de la democracia y de todas las instituciones en general, así como para evitar la creciente banalización del texto constitucional. Sin un adecuado funcionamiento de las instituciones, nuestro país perderá crédito internacional y nuestra economía, hasta ahora resistente al deterioro de la política, flaqueará a corto plazo, ya que ni los mercados ni los inversores tendrán la seguridad necesaria para operar con garantías.
Advertencia ante el 23-J (a izquierda y derecha)
La denuncia es tan clara que cualquier comentario la oscurecería. Pero es que, además de este planteamiento crítico sobre la deriva democrática en España, en su última asamblea, celebrada el pasado día 13 de junio, el CCO debatió y acordó una nuevo Posición titulada Ante el 23-J. En ella, entre otras cosas, se destacan dos aspectos de la legislatura que termina: por una parte, "la fragmentación del voto [que] conduce a la búsqueda de mayorías parlamentarias cuando menos paradójicas que obligan a cesiones difícilmente justificables, convirtiendo la política en un mercadeo". Y, por otra, "el quebrantamiento de la separación de poderes, con la intrusión del Ejecutivo en el Legislativo y el Judicial, [que] provoca una erosión de la Constitución que aprovechan fuerzas anti constitucionalistas para ganar terreno político. La sociedad civil española ha demostrado en muchas ocasiones a lo largo de los últimos cincuenta años su templanza, su resistencia a la manipulación y su capacidad de aprender de la experiencia y promover cambios políticos basados en razones. El momento exige poner en práctica todas esas cualidades. Y así confiamos en que lo hará el próximo 23 de julio". Que un grupo tan plural y de tan alta cualificación intelectual y académica haya acordado estos dos pronunciamientos (consultar los documentos íntegros en su web) remite al estado de ánimo de las elites españolas que es el que el pasado domingo refería en El Confidencial el catedrático de Derecho Constitucional, Eloy García: "Frente al importante apoyo que la primera legislatura socialista obtuvo de la intelectualidad, hoy los hombres de la cultura se sienten ajenos al proyecto del Gobierno". Aunque estos grupos intelectuales también sienten honda preocupación por el extremismo de la derecha populista que favorece la fragmentación y los planteamientos mas radicales.
Tajadura se lleva la palma en este artículo, con la petición de principio de que el Gobierno Único Mundial es la solución a todos los problemas. Este profesor de 54 años es uno de esos expertos, formado en la Universidad del Opus y en Deusto, de los que se echa mano cuando en los foros se despierta algún viento de protesta. Al levantarse el polvo nos enteramos de que 'esa opinión fundada que nos solivianta en las redes (como las de alcielo.es) ya ha sido expuesta y peleada por los expertos', y se multiplican los enlaces a publicaciones suyas que en su día nadie había visto. El presente texto de EC es un ejemplo de esta nueva forma comunicativa bastarda, empleada masivamente por la Agenda.
Las nueve denuncias
Pues bien, el Círculo Cívico de Opinión *[se da la lista de una veintena de expertos] , un laboratorio de ideas que debate y aprueba sus Posiciones —criterios compartido por el conjunto de sus integrantes y que suscribe el CCO como entidad— ha aprobado dos pronunciamientos de profundo calado. El primero en marzo de este año, bajo el título El desbordamiento de nuestra democracia Constitucional, que puso el foco sobre los siguientes puntos de nuestra situación política: • El desbordamiento de la propia Constitución, cuyos mandatos y regulaciones están sufriendo una fuerte tergiversación. En algunos puntos requerirían modificaciones y puestas al día; pero mientras tanto la Constitución tiene que ser cumplida en su integridad. • Se ha asumido con toda normalidad una suspensión de facto de las reglas constitucionales cuando conviene a los intereses políticos inmediatos: no es posible aceptar que leyes susceptibles de ser declaradas inconstitucionales duerman en las listas de espera del Tribunal Constitucional porque durante todo el tiempo que esto sucede se puede estar dando preferencia a una norma inferior a la Constitución sobre la ley fundamental.
Foto: Pedro Sánchez, en la sesión de control en el Congreso el 22 de junio. (EFE/Naranjo)
Sánchez bate todos los récords en legislar al margen del Congreso y por la vía rápida
Eva Belmonte David Cabo Carmen Torrecillas Civio
• Esta marginación de la Constitución afecta al poder Legislativo, que utiliza procedimientos y vericuetos que están al margen de su interpretación recta, y al poder Ejecutivo, que hace uso excesivo de instrumentos normativos, como los decretos-leyes, que suplantan la producción ordinaria de la legislación encomendada al Parlamento. Existe además una sobreabundancia de la producción normativa porque se ha aceptado la inestabilidad de las regulaciones y su cambio continuo como una regla normal. • Se están utilizando criterios para cubrir vacantes en los órganos constitucionales del Estado que prolongan y profundizan una ya larga tendencia a su ocupación por personas manifiestamente identificadas con quien controla el Ejecutivo. • De modo similar, la apetencia por controlar el funcionamiento de los órganos constitucionales y el de las comisiones reguladoras, que se definen constitucional y legalmente como independientes, es una querencia cada vez más acusada que debe evitarse.
Foto: El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/José Manuel Pedrosa)
Sánchez ultima el golpe final al poder judicial para forzar el vuelco progresista en el TC
Beatriz Parera Alejandro López de Miguel
• El abuso del poder de las mayorías, olvidando que la democracia es un sistema de gobierno pensado, no solo para garantizar la soberanía popular, sino también para la protección de las minorías. • Desfallece la división de poderes, ya que no existe independencia real de las Cortes Generales, controladas como están por los partidos que en cada momento forman la mayoría de gobierno. El poder Legislativo está quedando reducido al simple acatamiento de las directrices que recibe del Gobierno o de la mayoría de control. • Un debate político desabrido, poco elocuente, repetitivo, carente de interés y de muy baja calidad dialéctica, que se traduce en hartazgo de la política de los ciudadanos en general. • Los partidos políticos tienden a aceptar políticas no previstas en los programas electorales, lo que provoca que los electores tengan una creciente sensación de desconcierto. Repitámoslo: es necesaria una reacción rápida y sustancial de todos los partidos políticos que cambie este estado de cosas tan peligroso para la calidad de la democracia y de todas las instituciones en general, así como para evitar la creciente banalización del texto constitucional. Sin un adecuado funcionamiento de las instituciones, nuestro país perderá crédito internacional y nuestra economía, hasta ahora resistente al deterioro de la política, flaqueará a corto plazo, ya que ni los mercados ni los inversores tendrán la seguridad necesaria para operar con garantías.
Advertencia ante el 23-J (a izquierda y derecha)
La denuncia es tan clara que cualquier comentario la oscurecería. Pero es que, además de este planteamiento crítico sobre la deriva democrática en España, en su última asamblea, celebrada el pasado día 13 de junio, el CCO debatió y acordó una nuevo Posición titulada Ante el 23-J. En ella, entre otras cosas, se destacan dos aspectos de la legislatura que termina: por una parte, "la fragmentación del voto [que] conduce a la búsqueda de mayorías parlamentarias cuando menos paradójicas que obligan a cesiones difícilmente justificables, convirtiendo la política en un mercadeo". Y, por otra, "el quebrantamiento de la separación de poderes, con la intrusión del Ejecutivo en el Legislativo y el Judicial, [que] provoca una erosión de la Constitución que aprovechan fuerzas anti constitucionalistas para ganar terreno político. La sociedad civil española ha demostrado en muchas ocasiones a lo largo de los últimos cincuenta años su templanza, su resistencia a la manipulación y su capacidad de aprender de la experiencia y promover cambios políticos basados en razones. El momento exige poner en práctica todas esas cualidades. Y así confiamos en que lo hará el próximo 23 de julio". Que un grupo tan plural y de tan alta cualificación intelectual y académica haya acordado estos dos pronunciamientos (consultar los documentos íntegros en su web) remite al estado de ánimo de las elites españolas que es el que el pasado domingo refería en El Confidencial el catedrático de Derecho Constitucional, Eloy García: "Frente al importante apoyo que la primera legislatura socialista obtuvo de la intelectualidad, hoy los hombres de la cultura se sienten ajenos al proyecto del Gobierno". Aunque estos grupos intelectuales también sienten honda preocupación por el extremismo de la derecha populista que favorece la fragmentación y los planteamientos mas radicales.
De la misma opinión es el también catedrático de Derecho Constitucional Javier Tajadura: "Se ve con preocupación un escenario político en el que la centralidad ocupa menos espacio y en el que los partidos centrales dependen de los extremistas para gobernar. Se ve con inquietud la falta de respeto por las formas y procedimiento democráticos: abuso sistemático del decreto-ley, inflación legislativa y pérdida de calidad de la ley, nombramientos en la Fiscalía, etc. Y todo ello en un contexto de graves problemas globales que exigen reformas (fiscales, educativas, pensiones, etc.) que solo pueden ser efectivas si se adoptan por amplio consenso y se garantiza que no van a ser revertidas. Objetivamente, España vive desde hace mucho tiempo una situación política que requeriría la formación de un Gobierno de gran coalición".
Tajadura expresa también la preocupación con aspectos de la política española inquietantes, como "la presidencialización del régimen parlamentario, la excesiva concentración de poder en manos del presidente que no es algo nuevo (hace mucho que el presidente del Gobierno es quien de facto nombra a los presidentes del Congreso, Senado y Tribunal Supremo, auténtica mutación constitucional). Tampoco es nuevo el abuso del decreto ley y la colonización partidista de las instituciones viene de atrás". Es igualmente frecuente la advertencia sobre el denominado "constructivismo jurídico" del que hace uso el Tribunal Constitucional, suplantando al legislador al crear derechos fundamentales (como el aborto) y a sus "excesos de jurisdicción" al invadir materias que se someten al Tribunal Supremo.
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