SURFEANDO...
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¿Será posible salvarse? |
Los medios provocan una ola, y nos movemos con ella... luego lanzan otra, y lo mismo; y, a menudo, como acabamos de ver, la ola se lleva por delante varias vidas humanas. La cuestión es si nos tenemos que resignar a vivir así.
En la calle de las zapaterías había una que se anunciaba como "La mejor zapatería del mundo"; un poco más abajo pregonaba otra el ser "La mejor zapatería de la ciudad"; y, llegando al final, un letrerito avisaba al caminante de que estaba ante "La mejor zapatería de la calle". Ciertamente, es imposible saber cuál es la realidad, la verdad cuyo conocimiento nos evitaría muchas calamidades. Aunque indagásemos durante toda la vida sobre un asunto, no conseguiríamos acotarlo, definirlo en sus últimos significados. Esta precariedad es inherente a nuestra condición de seres limitados, pero, sobre todo, es el caldo propicio para todo tipo de abusos. Siendo esto así, no es desdeñable la idea de no tomar por verdadero nada de lo que nos cuentan los medios, sino, únicamente, aquello que podemos ver con nuestros propios ojos, aquello que está en nuestra calle y podemos comparar; nuestro conocimiento quedará reducido a un mundo pequeño, pero al menos eliminamos el error.
La Historia, que ha descubierto que existe una verdad que conviene tener en cuenta, sufre sin embargo los embates de las olas que la mentira levanta; y no tiene más remedio que hacerles frente si quiere avanzar. Un mar impetuoso es una buena imagen del medio hostil en que todo hombre se desenvuelve; una hostilidad cuyas embestidas son a veces tan colosales que ninguno de nosotros podría salvarse si no fuera por la constatación de que hay una verdad revelada que vence a la mentira, un madero seguro al que aferrarse en la tempestad.
Leo en una página católica que existe un plan ideado por los magnates del mundo para alcanzar un bienestar general mayor y mejor que el actual. Según este autor, su iniciativa se justifica por su convencimiento de que el clima obligará en poco tiempo a rehacer la economía sobre bases nuevas, con lo que toman por ventajoso adelantarse a esos acontecimientos. Distinguen cuatro momentos parecidos en la historia: la revolución de la máquina de vapor; la revolución eléctrica; la electrónica-digital; y la suya, mezcla de todas ellas y que supone difuminar los límites entre lo físico, lo digital y lo biológico. Y dan como ejemplo la nueva solución a una patología de órgano: del trasplante a la impresión. Llevándolo aún más lejos, tendríamos seres humanos salidos de "una impresora"...
Este plan habría pasado en lo que va de siglo también por cuatro fases: 1) Año 2000: Acuerdo transnacional para legislar el control social "por seguridad", tras el 11-S. 2) La Crisis del 2010; asalto a todas las instituciones con depuración de cargos en base a una -supuesta- mejora de la productividad. 3) Demolición de las economías nacionales con el ariete virtual de los medios, que crean ingenios bélicos devastadores: Covid 2020, Ucrania, Gaza, Dana...
Estábamos hablando del impacto destructivo de un no-sínodo que negara la diferencia sexual como piedra angular de la sociedad. Eludiendo la pregunta de si el papa puede disolver un matrimonio rato y consumado, esta reunión consultiva ha obviado a Dios en sus deliberaciones; y ha dejado así la puerta abierta al proyecto de la impresora que acarician los magnates. Estábamos hablando de estos nubarrones, decía, cuando los medios provocaron una ola utilizando a Errejón, con intención de tapar ese debate; pero resultó que avivaron el del corrupto Sánchez... Removiéndose en sus escaños, maquinaban los asesores de turno como zafarse de este marrón, y en esto empezó a llover en Valencia. Como caídas del cielo tomaron 'los bolaños' estas aguas. Recibiendo orden los medios de agitarlas, provocaron una nueva ola, nunca mejor dicho, de dimensiones letales (mi profesora estuvo en Valencia este fin de semana y vino diciendo que era todo muy raro, porque, según le dijeron, no había llovido tanto); y, en fin, en unas horas, para cuando algunos estén leyendo esto, la máquina de mentir estará vomitando ríos de tinta sobre las elecciones USA, que verterán su caudal en el mar ya muy agitado 'y lleno de cadáveres' de la albufera.
El nuevo presidente de los Estados Unidos hará lo que le manden los magnates, claro. Entre otras cosas, y tal como nos han dicho los periódicos, salga quien salga elegido desposeerá a la clase media de su exceso de viviendas (pongan Vds. sus barbas a remojar) para que se cumpla el vaticinio de Davos: "No tendréis nada pero seréis felices" (2030).
En medio de este mar embravecido tenemos que navegar; y el mejor modo de hacerlo es que cada cual vele por lo suyo, lo defienda y lo edifique con ahínco, 'ratificando día a día su vocación'; y es ahora especialmente útil este consejo de San Pedro (2Pe. 5), cuando tan zaherido está el cimiento de la sociedad, el matrimonio.
Llegaron marido y mujer a una reunión con amigos; los hombres, por su lado, discutían sobre el papel de la mujer en la sociedad, e invitaron al recién llegado a dar su opinión; éste, volviéndose hacia el grupo de las mujeres, alzó la voz: "María, ¿qué opino yo del asunto este de...?"
El hijo de este matrimonio maduro aún vivía con ellos; se perpetuaba en la casa paterna, mientras buscaba su sitio en la sociedad; en cierta ocasión había acudido a una entrevista de trabajo; y aquel encuentro se había desarrollado así: el de recursos humanos tenía su currículum en la mano y leía: -Dice Vd. aquí que mantiene una fuerte dependencia con su madre... Al oír esto, se sobresaltó el aspirante, e intervino bruscamente: "¿En serio que puso eso?"
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¡Necios y ciegos! -la mayoría- los 211 de Valencia no son nada comparados con los que va a causar la orfandad (de Dios) que os corteja. |
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