UN LUSTRO DE INFAMIAS

Rajoy termina en 'y', lo cual es como una indicación de continuidad, de unión copulativa, estrecha... sagrada. Y esta vocación a la unidad de su apellido se está cumpliendo a 'rajatabla', aunque, curiosamente, de un modo inesperado. No porque el personaje vaya despertando simpatías a su alrededor sino porque haciéndole la prensa el blanco de todos los problemas, está logrando más unión él solo que la que podría conseguir el mejor programa político de nuestros días. En realidad, la calculada oposición que le persigue es quien está decantando las aguas que circulan por nuestra sociedad; su denostada labor está logrando que se defina sobre unas bases más 'reales' -antropológicas- el campo político, estableciendo un bipartidismo perdurable y, en cierto modo 'saludable', en España. Vuelven a perfilarse dos bandos 'irreconciliables'; las fuerzas -unas más vivas que otras- operantes, están haciendo que se separen los que creen en el poder del amor de los que sólo creen en el poder de las armas. Me atrevería a decir que la permanencia de Rajoy en el poder es la clave de la continuidad del proyecto "EspañAmor".  
Rajoy es un presidente que no se da importancia. Yo lo tuve siempre en mi inconsciente retratado como un 'pobre hombre'... con su quijada irregular y el hueco siempre por cubrir en sus molares; con esa barba un poco asilvestrada tan de andar por casa; con ese defecto en la dicción que le quitaría todo glamour si lo tuviera; con sus llanos modales, sin ninguna pretensión; su ingenuidad entrañable al discursear al pueblo como si le fueran a entender... Ciertamente, da la imagen de un presidente de tarifa plana.
Es tan evidente esa 'desventaja' de Rajoy que periodistas muy serios se atreven a criticarlo por tener una imagen 'pasada de moda', y al leerlos casi llega a convencerse uno de que este presidente es el verdadero problema de España. Y al lado de esa artillería pesada, como arqueros en los flancos, los cámaras de la prensa disparan sin cesar sobre el objetivo, para ridiculizarlo: Le sacan corriendo en el Retiro con un pie de foto que dice: "Mariano el Calzonazos"; le encierran en un tren media hora y le sacan la foto justo al salir, echando chispas; le culpan de ser amigo de mafiosos, pero nunca le sorprenden comiéndose una mariscada con ellos...
Trabajador, honesto e inteligente, su problema es que está rodeado de gente que ha medrado a la sombra del wellfare, y que mayormente carecen de esas tres cualidades que él tiene, o bien se las han vendido a sus pagadores.
Las culturas suelen acuñar términos para designar el modelo de ciudadano que estiman: "To be a gentleman", "ser un caballero", o "ser un paisano", como se dice en mi tierra asturiana. Pues Rajoy a mi juicio es un paisano. Es evidente que no le da lo mismo ocho que ochenta; y eso se vio cuando sobre su partido llovió la más ácida ignominia que sus enemigos pudieron juntar, y él se afligió en silencio, preparándose en su interior para depurar sus filas; y volvió a ganar las elecciones. A Rajoy se le puede ver sinceramente contento con los que están alegres y compungido con los que han sufrido alguna desgracia; se cabrea, se emociona, se entristece, se preocupa, siente y se resiente, en resumen, nos preside una persona de buenas intenciones y no un ordenador; y, de lo anterior, se desprende que todavía somos ciudadanos y no números. Lo cual no es poco, y somos privilegiados, porque ya en muchos países son los 'gobiernos por ordenador' los que mandan; pero, ciertamente, ésta es una situación que soporta una severa amenaza.
En los órganos del Partido Popular hay más detractores de Rajoy que partidarios, y si no lo han tumbado ya es porque temen al electorado. ¿Quiénes son los votantes del PP?
Una parte importante son los que reconocen en la herencia que han recibido mayor riqueza que en el paraíso que les ofrece la modernidad; son personas instruidas y con criterio, que no ceden fácilmente a las modas; mantienen una vida ordenada y priorizan la familia al bienestar material; asocian a su vida valores como el amor y la compasión; fomentan las virtudes de la paciencia, el esfuerzo y la generosidad; consideran y reconocen el bien común como parte de la ley natural. Y creen que robustecen a España viviendo de ese modo. La mayoría son de edad, pero es un grupo que también se renueva.
Hay otro sector que se alinea con esas mismas ideas en parte. Para ellos España es una realidad fuerte que hay que defender porque sí; y sin entender muy bien en qué consiste, están dispuestos a batirse por ella. Este sector es más vulnerable a la manipulación porque se aglutina de un modo visceral y no está respaldado del todo por una vida en valores. Doblan la cabeza ante la bandera roja y gualda.
Un tercer sector son los que no encuentran ningún otro proyecto político que los represente mejor, y se dan cuenta de que hay una amenaza muy importante de destrucción pesando sobre España.
Finalmente, otro gran número de votantes han llegado a determinar su voto por los beneficios que han venido obteniendo de arrimar su ascua a esa sardina. Su interés les ha agudizado el olfato para percibir la tajada y andan siempre bailando entre dos aguas. No son de fiar pero pueden ser decisivos en un momento dado para inclinar la balanza.
El enemigo sabe que el núcleo duro del PP son ese grupo de personas 'con ideales', que no se dejan arrastrar por vientos de doctrina. Son fáciles de localizar porque son los que, si es necesario, saben decir 'no'. De hecho, hace tiempo que libran una dura batalla contra los enemigos del alma. Si ustedes se consideran de este grupo, y echan una mirada atrás,  examinando cómo han transcurrido estos últimos diez años, no podrán negar lo que acabo de afirmar: que sus vidas se han ido complicando bastante.
Hay un pasaje en el Libro de los Macabeos donde un tal Matatías, celoso defensor de Dios, se levanta contra el tirano y se unen a él "los que querían escapar de algún mal". Éstos son los que, sin sospechar por qué, sufren también violentos ataques en la parte más nuclear de sus vidas. Me contaba hace poco una persona que su familia se enfrentaba a un peligro que nunca antes le había acontecido; otro me decía que le había afectado mucho cierto acontecimiento personal que no podía ni imaginar que le llegara a suceder; y yo he visto con mis propios ojos 'a la fiera' abalanzarse sobre solitarias presas y morderlas despiadadamente; y, en otros casos, irlas empujando con pequeños toques a la trampa de donde ya no podrían salir.
Si tú, hombre o mujer bien nacido, o de buena fe, esperas poder tener éxito con tu modo ordenado de vivir, prepárate para librar una batalla que no estás en condiciones de afrontar. 
Uno puede ir tirando con unos principios nobles, 'intocables', durante un tiempo, metiendo en el saco de "cierta flexibilidad" las contradicciones que le van saliendo al paso; pero le llegará el momento donde ya no le quepan más bultos en esa mochila, donde la única posibilidad de mantenerse en pie sea combatir a vida o muerte. Y la mayoría están dispuestos para la batalla porque no sabrían vivir sin sus principios. Ahora bien ¡mucha atención!, ese combate es tan desigual que hay cero posibilidades de ganar si no se siguen rigurosamente las instrucciones que para este caso están prescritas; a saber:
1. Convéncete de que lo que defiendes (familia, amor, trabajo honesto, justicia, solidaridad, etc.) es el patrimonio legado a la humanidad por el sacrificio cruento de Jesucristo.
2. Convéncete de que ese sacrificio fue necesario para que tuviéramos una oportunidad de ganar esa batalla.
3. Entra en la pelea confiadamente sabiendo que la ganarás si permaneces en el campo delimitado por la paz interior, es decir, la fe en que Dios te ama como eres y Él te salvará.
4. Renueva tu fe siguiendo las indicaciones que da la Iglesia; básicamente: sacramentos, escucha y puesta en práctica de la Palabra de Dios y diálogo con Jesucristo, o sea, oración.
5. Atiende al discernimiento de espíritus consultando con personas rectas y expertas tus dudas; y no intentes solucionar por ti mismo las grandes dudas, pues la astucia del enemigo es infinitamente superior a la tuya. Acoge como oro en paño el consejo de San Ignacio que recomienda evitar todo diálogo con cualesquiera pensamientos, personas, situaciones o entes que te provoquen inquietud, pues Dios tiene recursos de sobra para hacerte entender de una manera serena lo que quiere de ti. 
6. Recibe como un inmenso regalo el consejo de Jesús a los apóstoles: Mirad que os mando como corderos en medio de lobos, no llevéis alforja, ni talega, ni sandalias, ni un manto de repuesto para el camino ("yo proveeré a vuestras necesidades si no os apartáis de Mí", viene a decir). Sed astutos como serpientes (estando dispuestos a perder "el cuerpo" por salvar "la cabeza", o sea, el alma, la cual te une a Cristo), y sed sencillos como palomas (profesando con paz la fe en el amor). En fin, sea vuestro lenguaje 'sí ' o 'no', pues todo lo demás viene del maligno.
Para fragmentar el 'frente Rajoy' hace tiempo que padece España la injerencia de agentes tóxicos: debilitan, separan, atemorizan... *[esta acción ha sido especialmente virulenta en los cinco años que siguieron a la publicación de este artículo].
La historia política reciente ha sido una invasión permanente de éstos agentes desestabilizadores. Aparecieron líderes de donde no podían salir, pues las últimas décadas arrasaron la cultura y la educación de nuestros jóvenes. Nos endilgaron títeres que dividieron izquierda y derecha, y sembraron confusión y desánimo por todo el país. Ahora mismo nos están bombardeando con la ficción de que España se decanta por uno de esos líderes; ¡hay que ser ingenuo para creérselo! Pero puesto que campea la desorientación por todas partes y el tal candidato parece bueno... Sí, bueno, una hermanita de la caridad, que además es lo que necesitamos para ponerles los puntos sobre las íes a los halcones de Bruselas; votando a Ciudadanos firmaremos nuestra propia condena de esclavitud por sólo Dios sabe cuánto tiempo.
Algunos, tal vez de buena fe, podrán pensar que tal vez VOX sea esa voz valiente que anuncie un nuevo horizonte. También yo lo pensé en su momento; pero fui a su casa y vi. Dudaba de que se hubieran hecho un hueco en política por su tesón, en el marco de un país libre donde tus ideas y tu esfuerzo te garantizan una oportunidad; convencido de que eso ya no existe, obtuve confirmación de mi sospecha cuando vi subir entre aclamaciones al escenario -del teatro donde elegían a su presidente- al líder de la cadena de medios que más daño ha hecho a España en toda su historia. Muchos en Vox actúan de buena fe (y piensan que en su partido son así la mayoría, por eso muchos se llevan decepciones); además, de su programa político se deduce que saben lo que no quieren pero no saben lo que quieren; porque asumen -¿qué van a hacer si no?-  el sistema inhumano de producción que está causando todos los daños morales que ellos aborrecen. 
No hay más alternativa en estos momentos que votar a Rajoy. Sus correligionarios rebeldes, si ven que otra vez sale elegido, tal vez se miren muy mucho antes de seguir conspirando contra él.
Conviene resaltar que eso que muchos denigran con términos como "la cachaza", "la inacción", "el pasotismo" de Rajoy, es por el contrario la evidencia de un carácter muy templado, de una madurez y una humanidad que ni de lejos tienen los jovencitos aspirantes a presidente que nos quieren imponer. Ningún presidente español de la etapa democrática ha aguantado lo que viene aguantando Rajoy en estos últimos cuatro años, 
con elegancia y humildad admirables.
Es innegable que su talla personal y política es muy superior a la de la mayoría de los que le rodean. Habiendo entrado en acción de rebote, por los desastres del anterior gobierno, ¡qué bien está resultando Rajoy! Le ha tocado lidiar en el peor momento de estos últimos cuarenta años, y lo está haciendo con una entereza y un dominio de sí encomiables, conjurando eficazmente las serias amenazas que llueven de continuo sobre nuestra joven democracia. Concita en su persona las críticas más acervas de los sectores de la sociedad que no soportan la rutina, o sea, que no están contentos con su vida. Pero, obviamente, él no tiene la culpa de eso, ni lo va a solucionar un cambio de presidente. La irracional aversión contra su persona -¿odio?-, lo que podríamos llamar "la cuestión rajoyniana", es que, por "azares del destino", tenemos un presidente en el que se cumple que Dios elige lo débil, lo bajo, lo que no cuenta, para confundir a lo que cuenta. ¡Bendito sea Dios!
*[El tiempo confirmó sobradamente el acierto de esta tesis. Seis meses después, Rajoy sería depuesto por un Golpe de Estado encubierto: Un juez, la prensa, y un basto grupo de líderes corruptos, lo tumbaron, y alzaron en su lugar a un títere.] 
(Artículo aparecido en El blog de Fíate en enero de 2018.)








































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